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¿Diabetes mal controlada? ¡Cuidado! Esta complicación puede llevarte al hospital

La cetoacidosis diabética es una complicación grave que ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente insulina y comienza a producir sustancias ácidas llamadas cetonas.

Aunque es más frecuente en diabetes tipo 1, puede afectar también a quienes tienen diabetes tipo 2 mal controlada. Reconocer sus síntomas a tiempo es clave para evitar consecuencias graves.

¿Qué es la cetoacidosis diabética y por qué es una emergencia médica grave?
La cetoacidosis diabética (CAD) es una de las complicaciones más severas asociadas con la diabetes, especialmente con la tipo 1. Sin embargo, también puede presentarse en personas con diabetes tipo 2, sobre todo cuando el control de los niveles de glucosa en sangre es deficiente.

De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta condición se desarrolla cuando el cuerpo, ante la falta de insulina suficiente, comienza a descomponer grasas como fuente alternativa de energía.

Este proceso produce sustancias conocidas como cetonas, que se acumulan en la sangre, provocando una acidificación peligrosa del organismo.

Cuando la concentración de cetonas es muy alta, puede generar alteraciones severas en el equilibrio químico del cuerpo. Si no se atiende a tiempo, la CAD puede provocar coma diabético e incluso llevar a la muerte.

Según datos de Mayo Clinic, la cetoacidosis diabética es una de las principales causas de hospitalización en personas con diabetes tipo 1, y representa una urgencia médica que requiere atención inmediata.

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Síntomas clave: cómo reconocer una crisis metabólica
Detectar de manera temprana los síntomas de la cetoacidosis diabética puede hacer la diferencia entre una recuperación exitosa y una complicación potencialmente fatal. Algunos de los signos más comunes incluyen:

  • Micción frecuente
  • Náuseas y vómitos persistentes
  • Dolor abdominal
  • Confusión mental o dificultad para concentrarse
  • Aliento con olor afrutado, característico por la presencia de cetonas
  • Fatiga intensa o debilidad generalizada
  • Sed excesiva y piel reseca

En casos más graves, la persona puede presentar dificultad para respirar, somnolencia extrema o pérdida de la conciencia.

Si se manifiestan varios de estos síntomas en una persona con diabetes, se debe buscar atención médica de forma urgente.

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Causas y factores de riesgo que pueden desencadenarla
La cetoacidosis diabética se origina principalmente por un déficit absoluto o relativo de insulina en el cuerpo. Este déficit impide que la glucosa entre a las células, por lo que el organismo comienza a usar la grasa como fuente de energía, liberando cetonas como subproducto.

Entre los factores más comunes que pueden desencadenar un episodio de CAD se encuentran:

  • Infecciones graves, como neumonía o infecciones urinarias
  • Falta de administración de insulina, ya sea por olvido o interrupción voluntaria del tratamiento
  • Estrés físico o emocional intenso
  • Enfermedades agudas, como infarto de miocardio o accidentes cerebrovasculares
  • Cirugías recientes o traumas

El mal control de la diabetes, tanto en jóvenes como en adultos, es un detonante frecuente. En adolescentes, por ejemplo, el abandono voluntario del tratamiento es una causa común de CAD.

La Asociación Americana de Diabetes (ADA) recomienda prestar especial atención a los niveles de glucosa durante periodos de enfermedad o estrés, ya que estos pueden aumentar significativamente el riesgo de desarrollar esta complicación.

Diagnóstico: cómo se detecta la CAD
Para diagnosticar la cetoacidosis diabética, el personal médico realiza una combinación de pruebas, que incluyen:

  • Análisis de glucosa en sangre (por lo general, superior a 250 mg/dL)
  • Medición de cetonas en sangre u orina
  • Gasometría arterial, para evaluar el grado de acidosis
  • Electrolitos séricos, especialmente sodio y potasio

Estas pruebas permiten determinar la severidad de la crisis metabólica y orientar el tratamiento de forma inmediata.

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Tratamiento inmediato y prevención a largo plazo
La CAD es una emergencia médica que requiere hospitalización inmediata. El tratamiento tiene tres objetivos principales:

  1. Rehidratación con líquidos intravenosos: para restaurar el volumen de sangre y corregir la deshidratación.
  2. Administración de insulina intravenosa: para reducir los niveles de glucosa y frenar la producción de cetonas.
  3. Corrección de desequilibrios electrolíticos: especialmente de potasio, cuya alteración puede provocar arritmias cardíacas graves.

Una vez estabilizado el paciente, el tratamiento se ajusta a su condición individual, y se brinda educación médica para prevenir futuros episodios.

¿Se puede prevenir?
Sí. Aunque la cetoacidosis diabética es grave, también es prevenible en la mayoría de los casos. Para ello, se recomienda:

  • Monitoreo regular de la glucosa en sangre, varias veces al día
  • Cumplir con el plan de administración de insulina según lo indicado por el médico
  • Mantener una hidratación adecuada, especialmente en días calurosos o con actividad física intensa
  • Controlar infecciones oportunamente y acudir al médico si se presentan fiebre o síntomas inusuales
  • Manejo emocional y psicológico, ya que el estrés crónico también puede alterar los niveles de glucosa

La Secretaría de Salud de México insiste en la importancia de la educación continua para personas con diabetes, enfocándose en la detección temprana de síntomas, autocontrol y seguimiento médico constante.

La cetoacidosis diabética es una complicación grave pero prevenible de la diabetes. Su aparición suele ser un reflejo de un control inadecuado de la enfermedad o de una situación de salud adicional no atendida.

Contar con información clara, seguimiento médico adecuado y un tratamiento individualizado puede marcar la diferencia. La clave está en la prevención, la educación y la acción oportuna.