¿Por qué sale tan caro usar lentes?

¿Por qué sale tan caro usar lentes?, es una pregunta que se hacen con frecuencia las personas que requieren anteojos graduados. Recientemente Isabel Mondragón se sorprendió porque la prescripción para sus nuevas gafas costaría cerca de tres mil pesos.

¿Por qué sale tan caro usar lentes?

La respuesta es que la venta de lentes se está convirtiendo en un mercado muy competitivo, con armazones disponibles en una amplia gama de niveles de calidad, así como de costos.

Ahora bien, usar lentes representa quizá un gasto de miles de pesos en armazones y micas graduadas. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 17 millones de mexicanos afirman tener problemas visuales, pero únicamente el 40 por ciento usa lentes.

En muchos casos, las personas que no usan lentes pero que reconocen necesitarlos es porque no pueden costearlos. El precio promedio de un armazón en una óptica convencional es de entre 600 a mil 200 pesos, sin contar el costo de las micas, éste en la mayoría de los casos depende de la graduación que requiere cada persona.

Por otro lado, el costo de los lentes puede variar dependiendo de si se trata de unos anteojos para vista cansada, bifocales, monofocales, así como del material del lente, por ejemplo, si es de policarbonato, plástico CR-39, etc.

Isabel Mondragón usa lentes desde hace cinco años y considera que en ese lapso de tiempo ha gastado mucho en nuevas monturas y micas. Ella requiere lentes para vista cansada, bifocales y fotogray (estos oscurecen en función de la luz natural).

Variedad de lentes.
¿Cuánto cuestan los lentes?

Adaptándose al bolsillo de los mexicanos, hay ópticas que ofrecen precios “accesibles”. Muchas veces ofrecen marcas chinas a un precio justo, pero ¿la calidad es igual?

En algunas ópticas del Centro Histórico de la Ciudad de México puedes conseguir micas desde 200 pesos y armazones desde 350 pesos. Un precio bastante accesible. En ópticas premium el costo de las gafas puede variar dependiendo la marca. 

La forma de atraer clientes es ofreciéndote exámenes de la vista gratuitos, laboratorios ópticos, cambios de mica, armazones con los mejores precios del mercado, reparaciones, entre otros servicios. De hecho la frase que regularmente repiten es: ¡lentes en una hora!

Pero, ¿ofrecen la calidad que los pacientes esperan en términos de ajuste, comodidad, durabilidad y, lo que es de suma importancia, precisión en la graduación de las micas para una buena visión?

La respuesta podría variar dependiendo de las necesidades de cada cliente. Por ejemplo, Bárbara acudió a una óptica del Centro porque perdió sus lentes y no quería pagar cerca de 2 mil pesos por la reposición de sus gafas en una óptica “premium”.

Sin embargo, acudir a una óptica del Centro de la CDMX no fue buena idea. Sus lentes costaron 700 pesos, pero una vez que se los entregaron notó que la graduación de las micas estaba mal, incluso veía borroso.

Manos sosteniendo lentes sobre fondo de letras para examen visual.

Unos días regresó a la óptica para reclamar que veía borroso con nuevos lentes y la respuesta que le dieron fue: su vista se tiene que adaptar al cambio.

Por su parte, Isabel Mondragón también tuvo una mala experiencia. Ella acudió porque necesitaba unos lentes para vista cansada, bifocales y fotogray. En ese lugar sus gafas costarían mil 700 pesos, mientras que en una óptica premium cerca de 3 mil pesos.

Dio una adelanto de 700 pesos, pero cuando fue a recoger sus nuevos lentes se dio cuenta que la graduación no era la adecuada porque veía my borroso. El de la óptica insistió en que se los llevara porque el trabajo estaba bien, solo era cuestión de adaptarse.

Isabel usó sus lentes nuevos durante un par de semanas pero nada cambió, acudió a la óptica para expresar molestia y lo único que le dijeron es que con el tiempo su vista se acoplaría al cambio. Desafortunadamente eso no pasó e Isabel terminó perdiendo su dinero, además, tuvo que ir con otro oftalmólogo, lo que representó una gasto más.

Es común ver a minoristas ofrecer precios accesibles, pero la calidad que esperan los pacientes no es muy buena. Muchas personas que usan lentes tienen que reemplazarlos cada año y eso representa un gasto significativo en armazones y micas.

Cualquier persona que use lentes estaría de acuerdo que sale muy caro costearlos”, dijo Isabel Mondragón.

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